Se ubica dentro de la provincia de la Sierra Madre del Sur (Raíz E., 1964), en la Cordillera Costera del Sur. La carta se encuentra en la unidad tectonoestratigráfica denominada Terreno Guerrero que representa arcos volcánicos mesozoicos, acrecionados al occidente del Cratón de Norteamérica (Coney P. J. y Campa U. M. F., 1983), en el Subterreno Zihuatanejo.
Las rocas más antiguas están constituidas por una secuencia volcano-sedimentaria, de arco insular de afinidad calcoalcalina, no metamorfizado. A la base está formado por brecha y toba andesítica, toba lítica, esporádicamente derrames andesíticos limolita y lutita (KapaTA-Lm) e intercalación de lentes calcáreos (KapaCz); a la cima el vulcanismo andesítico disminuye y se incrementa el de tipo ácido conformado por derrames dacíticos, tobas riolíticas (KapaR-TR), con aporte de arenisca y conglomerado polimíctico (KapaAr-Cgp) y caliza subarrecifal. Esta secuencia vulcanosedimentaria se correlaciona en cambio de facies con la Formación Tepalcatepec y el miembro Ixtapa Mixto de la Formación Zihuatanejo a las que se les asigna una edad Aptiano-Albiano; las unidades anteriores cambian transicionalmente a sedimentos de cuenca de la Formación Madrid (KapaLm-Cz), que consiste de una alternancia de limolita, lutita, lutita carbonosa, caliza arcillosa y en menor proporción arenisca, de estratificación delgada. Por su posición estratigráfica se le asigna una edad del Cretácico inferior. Sobreyaciendo en transición a las unidades anteriores, por último aflora caliza arrecifal del miembro calcáreo (Ka(?)Cz).
Las unidades mencionadas están afectadas por cuerpos plutónicos emplazados a principios del Terciario, de composición granítica-granodiorítica (TpaeGr-Gd), diorítica (TpaeD) y latítica (Tpae(?)La), datados con edades que varían de 34 Ma a 54 Ma (Grajales L. J. M. et al., 1984). Se cree que son apófisis del Batolito de Jilotlán localizado en el límite norte de la carta. Existen depósitos no consolidados del Holoceno representados por aluvión (Qhoal).
En la imagen de satélite se puede observar que los lineamientos principales están orientados noroeste-sureste que corresponden a ejes de anticlinales y sinclinales. Los lineamientos de rumbo noreste-suroeste corresponden a fallas laterales y normales. Hacia la porción sureste de la carta se observan algunas estructuras curvilineales, las cuales pueden ser el reflejo de cuerpos intrusivos sepultados.
Las estructuras regionales más importantes son los anticlinales y sinclinales de Coalcomán, El Manguito y El Aguacatito de orientación general noroeste-sureste y vergencia al noreste. Las del dominio frágil corresponden a fallas normales y fracturas de rumbo noreste-suroeste, noroeste-sureste y norte-sur originadas por procesos distensivos; entre las fallas más importantes destacan Ticuilucán, Palo Dulce, El Chorumo, Virrueta, Barranca Honda, El Tejocote, El Potrero I, La Ortiga y La Yerbabuena.
Durante el Jurásico superior concluye la apertura del Golfo de México, se acrecionan a Norteamérica las secuencias de arco que evolucionaron del Triásico al Jurásico temprano, iniciándose el movimiento de las placas Farallón y Kula hacia el este, dando lugar al arco de islas intraoceánico que conforman el Terreno Guerrero.
Posiblemente a fines del Neocomiano y durante el Aptiano, la región sufrió un levantamiento paulatino acompañado de poca actividad volcánica calcoalcalina, que da lugar a depósitos marinos someros constituidos por limolitas, areniscas volcánicas, conglomerados volcánicos y polimícticos y escasas tobas riolíticas, representados en esta región por potentes depósitos terrígenos correlacionables con lo que algunos autores denominaron la parte superior de las formaciones Tepalcatepec y/o Playitas (KapaAr-Cgp). Este evento posiblemente se relaciona con la reactivación del movimiento de convergencia de la margen occidental que aumenta la velocidad de la Placa de Farallón debajo de la Placa de América del Norte (Coney 1976 en Bustamante 1994) fenómeno que dio origen a un régimen compresivo. Dentro de este contexto, hacia la región occidental se presentan mares muy someros y de poca circulación que permiten el depósito de material calcáreo-arcilloso y lutitas carbonosas, así como evaporitas que pertenecen a la Formación Madrid (KapaLm-Cz). La litología, medio ambiente de depósito y distribución de estas formaciones nos indican cambio de facies tanto en sentido horizontal como vertical.
La heterogeneidad litológica de la secuencia y la variedad faunística que presenta proporciona elementos para pensar que su depósito ocurrió en zonas circunvecinas al arco volcánico, posiblemente correspondieron depósitos de cuencas de posarco (Oviedo 1981 en Bustamante B. M., 1994).
Durante el Cretácico superior-Terciario inferior ocurre en la región la Orogenia Laramide, desarrollando estructuras que afectan a las unidades vulcanosedimentarias preexistentes. Por otro lado es probable que estos esfuerzos compresivos se hayan originado durante la acreción del subterreno Zihuatanejo con el continente.
En relación con la actividad magmática de la Sierra Madre del Sur, Morán Z. D. J. et al. (2000), define que la evolución de estas rocas es producto de dos cinturones magmáticos, el primero representa un magmatismo casi continuo de plutones de composición félsica ubicados a lo largo de la costa, el segundo cinturón se encuentra hacia el interior del continente y consiste de campos volcánicos discontinuos e incluye rocas andesíticas a riolíticas con edades del Paleoceno al Mioceno. En la carta los cuerpos intrusivos de composición granito-granodiorita y diorítica se asocian a esta actividad magmática.
En la carta existen yacimientos minerales metálicos de composición variada, constituidos por depósitos de metasomatismo de contacto e infiltración magmática, depósitos vulcanogénicos e hidrotermales. Destaca el distrito minero La Minita, el cual de acuerdo a sus características se ha dividido en tres áreas mineralizadas: La Minita, La Reina y Puerto Hondo.
El área mineralizada La Minita es la de mayor importancia, en ella se ubican los yacimientos La Minita, El Tabaquito, La Hueca y Barranca Honda. Consisten de mineralización polimetálica de fierro, plata, oro, cobre, barita, plomo y zinc. Por su ambiente de depósito, su actitud estratiforme, su mineralogía, sus hábitos estructurales y texturales sugieren un origen vulcanogénico. Están alojados en la Formación Madrid. Existen procesos de metasomatismo e hidrotermales que originaron estructuras irregulares y vetas de fierro, emplazadas en la secuencia vulcanosedimentaria.
En el yacimiento La Minita, los principales minerales de mena hipogénica son barita, esfalerita, galena, estromeyerita, tetraedrita, calcopirita y como ganga pirita, magnetita, cuarzo y calcita (Gaytán R. J. E. et al., 1979). Las reservas estimadas de La Minita tanto probadas como probables son 4'245,560 toneladas con 61 g/t de Ag, 0.36% de Pb, 0.77% de Zn y 30.77% de BaSO (Alonso D. V. M. et al., 1987). El yacimiento presenta características genéticas similares a los volcanogénicos tipo Kuroko de Japón (Moscosa G. M., 1982).
En la mina El Tabaquito, Veytia B. M. (1960) menciona valores de Manganeso de 16% a 24% y asociado a este mineral barita con leyes del 70% de BaSO con un peso específico de 3.7. En el prospecto mina La Hueca no se reportan valores económicos.
En Barranca Honda la estructura principal consiste de un cuerpo de fierro de forma irregular y en parte tabular, presenta un espesor de 20 m, longitud de 70 m y profundidad de 10 m, con valores de 5 a 14.8% de Fe total. En este estudio se obtuvieron leyes de 304 a 537 g/t de Ag, 1% de Pb, 1% de Zn e indicios de Au.
El área mineralizada La Reina comprende la mina abandonada La Reina, los prospectos El Manchón, Las Enramadas, las manifestaciones de mineral Los Llanitos y Las Parotas, su origen está relacionado con procesos de metasomatismo e hidrotermales ocasionado por intrusivos graníticos emplazados en rocas vulcanosedimentarias.
La mina abandonada La Reina es de metasomatismo de contacto o infiltración magmática. Se conoce como una estructura de fierro con espesor de 15 m, longitud de 50 m, con valores de 24.2% a 44% de Fe total, 0.26 a 0.99% de Cu (C. R. M., 2001). Durante esta etapa el análisis de catorce muestras reportaron leyes promedio: 88% de Fe2O , con un potencial de 500,000 toneladas y 0.11 a 1.53% de Cu.
El Prospecto Las Enramadas consiste de una estructura de fierro tabular, con espesor de 4 m, longitud de 50 m y profundidad de 10 m, con los valores siguientes: 14.4% a 25.8% de Fe, 21 a 74 g/t de Ag y de Nd 0.01 g/t de Au.
La manifestación de mineral Los Llanitos, consiste de una veta de cuarzo con espesor de 0.30 m, longitud de 7 m y profundidad de 3 m. Durante los trabajos realizados en el presente estudio el análisis del muestreo reportó de 5 a 141 g/t de Ag.
El área mineralizada Puerto Hondo, comprende el prospecto Puerto Hondo así como las manifestaciones de mineral Los Hornos, Los Preciados, Maruatilla y Rancho Quemado, encajonados en la secuencia volcanosedimentaria de tobas andesíticas y limolitas.
El prospecto Puerto Hondo se considera de metasomatismo de contacto o inyección magmática, caracterizado por pequeñas zonas de skarn en tres afloramientos irregulares y pequeños con longitudes respectivamente de 50 m, 22 m y 14 m de largo, por 17 m, 9 m y 14 m de ancho y de 12 m, 2 m y 4 m de espesor. La mineralización principal es magnetita y hematita. Estudios anteriores reportaron los siguientes valores: 40% Fe total, 17% de sílice y 12.8% de alúmina (Mérida C., 1978). En el presente trabajo se colectaron 2 muestras para análisis obteniendo una ley promedio de 67% de Fe.
La manifestación mineral Los Hornos se originó por procesos hidrotermales de tipo epitermal. Está representada por vetas con longitud inferida de 30.0 m y espesor de 1.0 m a 1.5 m. Se reportó una ley de 1.36% de Cu. La manifestación de mineral Rancho Quemado es de tipo epitermal representada por vetas conformadas por sulfato de bario (barita) con valores de 88.93% de BaSO y peso especifico de 4.24%.
En cuanto a minerales no metálicos las posibilidades de desarrollo, son restringidas, ya que sólamente se tiene barita y caliza que puede aprovecharse para producir cal y rocas dimensionables.
De las observaciones de los trabajos de campo se proponen dos áreas para estudiarse con más detalle: La Reina y El Manchón.
La Reina Cuenta con un socavón de más de 10 m de desarrollo con abundantes carbonatos de cobre y probable contenido de oro que requiere muestreo a mayor detalle para definir su contenido de mineralización. La importancia de la zona El Manchón es por su posible relación con la mina de Palos Bobos 2 km al norte en donde se tiene mineralización de hierro parcialmente explotada.